
Nada es para siempre, la vida es como un rìo que nunca
verá los mismos paisajes, su cause te lleva a través de
penas y alegrías; a veces ses aguas se tornan turbulentas...
las más serenas, pero siempre cambiantes.
Nada es para siempre, por eso se vive el hoy intensamente.
Deja que tu río apague la sed del caminante, que en sus
aguas se regocijen los niños y los pájaros, que se reflejen
la luna y las estrellas, que las acaricie el sol cada mañana
y que tus aguas a su paso dejen en las orillas la humedad
de tu beso.
Recuerda, nada es para siempre. El ayer es el tiempo
hermoso para recordar; pero el hoy es el maravilloso
tiempo en qu vivimos.
PILAR ORTEGA GUDIÑO
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